Siempre es importante tener claro cual es el objetivo de nuestra dieta, digo esto porque muchas veces con tal de obtener un resultado rápido o por simple ignorancia tanto profesionales de la nutrición como pacientes, podemos llegar a perder un poco el piso, sobretodo en el tema que a tantos nos causa conflicto: bajar de peso. De aquí parte el que se empiecen a hacer dietas extremas, mal calculadas que muchas veces si, nos hacen bajar de peso o notar algunos cambios en poco tiempo, por ser dietas extremadamente restrictivas, mal balanceadas, sin frutas, casi sin verduras, sin grasas, ni siquiera aguacate o aceite de oliva, los cuales han mostrado ser excelentes para la salud; no variadas y planas, con demasiada proteína y nada de hidratos de carbono, entre otras mil con las que me he topado.
Es importante tener en cuenta que la prioridad número 1 de un nutriólogo o de cualquier persona que desea ponerse a dieta sea la salud y para ello es importante respetar los mecanismos de nuestro cuerpo y entender qué tanto estar “fit” como ser alguien saludable es un proceso y un proyecto a largo plazo.
La industria y algunas personas han hecho un gran trabajo queriéndonos vender soluciones mágicas y rápidas “baja 10 kilos en una semana” (ningún nutriólogo cuerdo te dirá que esto es saludable o recomendable en lo absoluto) las cuales nos han sacado del panorama real y saludable, y la verdad también nos ha hecho huevones.
¿Quieres resultados reales y ser una persona saludable? ¡Get off your ass, punto! y haz las cosas bien de la mano con un profesional de la salud y entiende que no vas a bajar 10 kg en una semana o que te vas a poner mamadísimo en un mes, que el cuerpo o el estado de salud al que quieres llegar toma tiempo, trabajo y hábitos que se construyen a lo largo del tiempo, de nada te sirve un licuado para perder 10 kg en un mes si ni siquiera estás dispuesto a cambiar los hábitos que en un principio te llevaron ahí.